Constancia de la lluvia
“Constancia de la
lluvia” fue el libro ganador del premio Transgenérico 2014. Ricardo Ramírez
desarrolla un diario que abarca el período de un año (2013-2014), en él se
fusionan la realidad del día a día con la ficción. En un ejercicio experimental
el texto es intervenido por los “capítulos” de otro diario, una novela
distópica titulada “Diario de Ismael Da
Silva”.
El diario como género literario tiene cada vez más auge,
desplazando la hegemonía de la novela. Existen ejemplos claros, no debemos
olvidar la autoficción de Javier Cercas o Vila-Matas, incluso podemos mencionar
un libro adelantado a su tiempo sobre el género: “La tía Julia y el escribidor” de Vargas Llosa. Claro, podemos citar
muchos otros si seguimos retrocediendo en el tiempo.
Lo identificativo del diario es la escritura en marcha,
narrar el momento sin dejar que se convierta en recuerdo. En “Constancia de la lluvia” desde el
inicio acompañamos al autor en la incertidumbre de sus días, al igual que
nosotros, él no sabe cómo va a terminar la historia.
En un momento el autor se pregunta: “¿Tiene sentido este diario como registro escritural?”. Ciertamente
sí, porque los diarios puros se pueden volver base para las novelas o incluso
memorias.
Un año signado por las constantes lluvias marcan los tiempos
convulsos de un hombre que lidia con el resurgimiento de una enfermedad; con un
país en franco declive político-económico-social, utilizando cómo salvavidas su
pasión por las letras y el amor de su familia y esposa.
A medida que pasan los días en forma de página, Ricardo nos
cuenta sobre sus lecturas; su transición del mundo de las librerías al universo
editorial; sus impresiones sobre el valor del libro en el lector actual (que
considera cómodo, un lector que no busca riesgos, ni ambigüedades y tampoco
experimentaciones). Revelación que le estalla en la cara cuando se encuentra
atascado en su novela “Diario de Ismael
Da Silva”, que se va diluyendo hasta desaparecer de las anotaciones, un
abandono confeso de un texto fallido. El autor decide que no pertenece al género
de la narración ficcional, que su lugar está entre los diarios y la poesía.
Ricardo Ramírez es un escritor que siente la angustia de no
haber publicado antes, al igual que Álvaro Mutis (escritor colombiano que
define como una de sus influencias más declaradas) ha logrado su primera
publicación luego de los 30 años. Para el momento del cierre de “Constancia de la lluvia” no se había publicado
aún su poemario “Maneras de irse” que
sale a la luz con la Editorial Ígneo a mediados del 2014.
“Constancia de la
lluvia” ocupa su espacio en el tiempo, un libro para futuras generaciones
que quieran reconocer al ciudadano de un pasado que fue presente.
La vida del diarista continúa…
“¿Qué soy yo, un
antiguo o un moderno?
Un moderno, en el
sentido que lo fue Dante.
Un antiguo, en el sentido
que lo fue Auden.”
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