Espacios privados.
Catorce relatos
toman su voz desde la conciencia, un mundo interior que invita a traducir los
sentidos que hacen vida dentro de los personajes de Espacios privados.
Gisela
Cappellin de forma intimista desarrolla un verbo que se viste de femenino. Se
puede percibir rasgos autobiográficos con recuerdos implantados en sus
protagonistas. El deseo se abraza con el miedo, los recuerdos lloran con la melancolía,
las sonrisas festejan los triunfos de los egos. El cuerpo, la piel y el deseo
juegan un rol importante en las 193 páginas que conforman el libro.
"Imagina un beso: igual que el alma, un privilegio humano"
Aunque los
relatos fluyen con suavidad, su lenguaje se torna repetitivo y mecánico, entre
ellos se comparten lugares comunes que dan la sensación de estar leyendo un
continuo cuento que no acaba. Leer y que el olvido tenga la última palabra.
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